En España, a finales de 2016 entraron en vigor las etiquetas medioambientales, denominadas V-25, con las que la Dirección General de Tráfico (DGT) clasificó los vehículos según su eficiencia energética. Los cuatro distintivos que engloba son las etiquetas B, C, Eco y Cero. Pero en realidad las pegatinas de la DGT son cinco. A las conocidas etiquetas medioambientales se le suma la V-26 que muchos conductores desconocen.
Las pegatinas medioambientales de la DGT se convierten en un elemento importante para poder circular en las grandes ciudades. Esto se debe a que las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) que se están implantando en ciudades como Madrid y Barcelona, limitan la movilidad a los vehículos que no cuentan con este distintivo ambiental.
A un gran porcentaje del parque automovilístico español no le corresponde la pegatina de la DGT debido a que no cumple con la eficiencia energética necesaria para el cuidado del medioambiente. Aquellos coches que si entran en las categorías establecidas por la DGT, deben contar con la etiqueta medioambiental y llevarla colocada en la parte derecha del parabrisas.
Las pegatinas medioambientales de la DGT que se otorgan a los coches que cumplen con la normativa de bajas emisiones son las siguientes:
Sin etiqueta: motores gasolina anteriores a 2001 y diésel anteriores a 2006. Se los conoce como coches de categoría A.
Etiqueta B: motores gasolina matriculados entre enero de 2001 y 2005, y diésel matriculados entre enero de 2006 y agosto de 2015.
Etiqueta C: motores gasolina matriculados a partir de enero de 2006 y diésel matriculados a partir de septiembre de 2015.
Etiqueta ECO: micro híbridos, híbridos e híbridos enchufables con una autonomía inferior a 40 kilómetros. Modelos que pueden funcionar tanto con GNC como con GLP.
Etiqueta Cero: híbridos enchufables con una autonomía de más de 40 kilómetros de autonomía y eléctricos puros. También se incluyen los vehículos eléctricos de rango extendido.
Estas pegatinas de la DGT son las más conocidas y difundidas, pero existe una quinta pegatina denominada V-26 que no suele ser conocida por los conductores y que también permite circular por las Zonas de Bajas Emisiones.
Etiqueta V-26: esta pegatina de la DGT es de color azul y en ella se muestra un coche blanco y cinco personas rodeándolo. En la parte baja aparece el logotipo de la DGT en color plata. Esta pegatina se utiliza en vehículos de uso compartido.
La pegatina V-26 es la quinta etiqueta medioambiental que fue creada en 2018. Comparte la misma forma que las demás pegatinas medioambientales y sirve para identificar a los vehículos de uso compartido, es decir de carsharing o motosharing en el caso de las motos. Esta etiqueta solo pueden utilizarla los coches o motos anotados en el registro de vehículos para este uso concreto.
Su uso no es obligatorio en principio, aunque cada ayuntamiento tiene la potestad de establecer su obligatoriedad. Madrid es una de las ciudades que sí está implementando el uso de esta pegatina.
La etiqueta debe ir situada al igual que el resto de las pegatinas medioambientales: en el ángulo inferior derecho del parabrisas del vehículo. Si el vehículo no cuenta con parabrisas, como sucede con las motos, se debe ubicar en un lugar visible.
El objetivo de la pegatina V-26 es poder identificar a los vehículos de uso compartido para analizar el impacto de los desplazamientos, facilitar el desarrollo de estrategias de movilidad y adoptar medidas de seguridad vial.
Con la etiqueta V-26 de la DGT se facilita la visibilidad de los vehículos compartidos, permitiendo a los agentes de tráfico identificar a este tipo de vehículo que tienen derecho de circular por los carriles VAO o aparcar en parkings exclusivos. También ayudará a los usuarios de carsharing o motosharing a localizar con facilidad a estos vehículos.
El carsharing es una de las formas que impulsa la DGT para aumentar e impulsar la ecomovilidad. Las dos ventajas principales del uso de carsharing son que generan menos emisiones contaminantes y menos afluencia y ocupación de las vías públicas.
