Cuando se trata de conducir, la seguridad es una prioridad fundamental. Es importante utilizar calzado adecuado que permita un control adecuado de los pedales y brinde la comodidad necesaria durante el trayecto. Sin embargo, surge la pregunta: ¿se puede conducir con chanclas sin correr el riesgo de recibir una multa?
La comodidad de las chanclas es indiscutible durante los meses de verano. Muchas personas optan por este tipo de calzado para disfrutar de la sensación de libertad y frescura en sus pies. Según los resultados de una encuesta realizada por el Real Automóvil Club de España (RACE), desplazarse con los pies al aire durante los trayectos cortos de verano es una costumbre mucho más común de lo que se pueda pensar, tanto con chanclas como sin ellas.
Según los resultados de la encuesta realizada por el RACE, casi tres de cada diez encuestados (un 28%) admiten haberse puesto al volante en alguna ocasión con chanclas, siendo este comportamiento más frecuente entre los hombres (36%) que entre las mujeres (12%). Además de los 1300 encuestados, un 7% confiesa haber conducido descalzo en alguna ocasión, un 3% de los conductores admiten utilizar chanclas “en muchas o bastantes ocasiones”, mientras que otro 2% confiesa conducir habitualmente con los pies descalzos.
Además de las conductas de conducir con chanclas o descalzo, el RACE ha identificado otras prácticas de riesgo relacionadas con el calzado. Según los datos recopilados, el 38% de las mujeres ha manejado un vehículo utilizando zapatos de plataforma, mientras que un 36% ha conducido con tacones altos.
Alrededor del 60% de los conductores son conscientes de los riesgos de conducir con tacones altos o chanclas. Sin embargo, un porcentaje considerable de ellos sigue utilizando este tipo de calzado. La contradicción es aún más notable considerando que el 83% de los encuestados cree que es posible recibir una multa por conducir con calzado inadecuado.
En España, no existe una ley específica que prohíba conducir con chanclas o sandalias. Sin embargo, el artículo 3.1 del Reglamento General de Circulación establece que “el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción”. Esto significa que si el uso de chanclas afecta alguno de estos aspectos, se puede considerar una infracción y dar lugar a una multa.
A su vez, el artículo 18.1 establece la obligación del conductor de mantener su libertad de movimientos, un campo de visión adecuado y una atención permanente a la conducción. Conducir con calzado inadecuado, por ejemplo, puede afectar la libertad de movimientos y el control del vehículo, comprometiendo la atención necesaria para una conducción segura.
Los agentes de tráfico tienen la autoridad para denunciar y sancionar a los conductores que son sorprendidos conduciendo con calzado inadecuado. Si consideran que esta conducta constituye una conducción negligente, la infracción puede ser considerada grave, y la multa correspondiente es de 200 euros.
La mejor manera de evitar multas y garantizar la seguridad es seguir las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) y utilizar un calzado apropiado al conducir. Optar por zapatos cerrados y cómodos, que brinden un buen agarre en los pedales, es fundamental para mantener el control del coche y reaccionar adecuadamente ante cualquier situación de emergencia en la carretera.
